La lucha sigue, porque la democracia se construye todos los días.
Atípica, R. (2024) ‘“La lucha sigue, porque la democracia se construye todos los días” Entrevista a Estela de Carlotto’, Revista Atípica, Agosto 2024, pp. 14–19.
Estela de Carlotto nació en Buenos Aires el 22 de octubre de 1930. Fue docente de primaria y directora de la Escuela Nacional de Brandsen. Durante la última dictadura cívico militar, una de sus hijas, Laura Estela Carlotto, fue secuestrada y desaparecida. Laura estaba embarazada al momento de su secuestro. Estuvo detenida clandestinamente en “La Cacha”, ex centro clandestino de detención ubicado en La Plata, en el Complejo Penitenciario de Lisandro Olmos. Laura tuvo un hijo durante su detención. Estela y las Abuelas de Plaza de Mayo lo buscaron durante 36 años. En agosto de 2014, fue identificado. Él es Ignacio Montoya Carlotto.
Estela integra la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo desde sus inicios y es presidenta desde el año 1989. Dedicó su vida a la lucha por los derechos humanos y la restitución de la identidad de los hijos (nietos) de los/as desaparecidos/as por la última dictadura cívico militar.
Revista Atípica tuvo el honor de entrevistarla a 48 años del último golpe de Estado en nuestro país.
A lo largo de la entrevista, Estela recorre los logros de la lucha de Abuelas, nos cuenta acerca del rol que tienen en la actualidad los “nietos” en la conducción de la organización, y analiza los retrocesos en políticas de memoria, verdad y justicia impulsados por el gobierno nacional.
R.A: Estela, gracias por recibirnos y brindarnos un momento para conversar. En primer lugar queremos preguntarte: ¿Cuáles son los acontecimientos más importantes que marcaron la trayectoria y lucha de Abuelas de Plaza de Mayo a lo largo de estos 47 años?
Estela: El acontecimiento más importante fue reunirnos, comenzar a luchar juntas. Solas no hubiéramos conseguido nada. Con el tiempo nos fuimos organizando, salimos a reclamar en el país y en el exterior, logramos las primeras restituciones y luego la formulación de un método de identificación genética para tener la certeza de que los niños encontrados eran nuestros nietos. Fue fundamental la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos, único en el mundo, que almacena los perfiles genéticos de las familias de los nietos buscados, y de las personas que dudan de su identidad, para entrecruzarlos.
También ha sido trascendental la inclusión de los artículos 7, 8 y 11 en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, los tres relativos a la identidad, conocidos como “los artículos argentinos”. En 1992, a pedido nuestro, se creó por ley la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, que se encarga de velar por el derecho a la identidad de las niñas y niños, lo que constituyó otro hito de nuestra lucha.
Asimismo, la búsqueda de justicia ha sido permanente, antes y después de las leyes de impunidad, y quizás la condena a Jorge Rafael Videla por el Plan Sistemático de Apropiación de Niños, una de las causas más emblemáticas de Abuelas, haya sido el logro más visible en la materia. La lista podría seguir, pero siempre nos gusta decir que nuestro principal logro, que no cambiaríamos por nada, son todos los nietos y nietas a quienes les pudimos restituir la identidad.
R.A: A través de la lucha de Abuelas, a lo largo de estos 47 años, lograron la restitución de la identidad de 137 nietos y nietas, pero faltan más de 300 por encontrar. En este sentido, ¿cuáles son las campañas y acciones que llevan adelante actualmente?
Estela: Permanentemente estamos realizando campañas y acciones de difusión. Durante marzo, sin ir más lejos, impulsamos la campaña federal “Memoria Sí”, junto a otros organismos de derechos humanos, y pudimos ver la enorme repercusión que tuvo en todo el país (escuelas, sindicatos, clubes, bibliotecas, entre otros espacios). Todo el tiempo estamos articulando con otras instituciones, tejiendo redes, para que nuestro mensaje se amplifique. Estamos constantemente en diálogo con la sociedad en su conjunto.
En lo que respecta a las personas a las que aún no se les restituyó su identidad, es una constante pensar estrategias y formas para sensibilizarlas y que se acerquen a nosotras, tanto a nivel masivo como más focalizado. El año pasado, como todos los años, pudimos poner al aire una publicidad, gracias a la pauta para campañas de bien público del Estado. Este año veremos cómo hacer para lograr publicidad masiva sin ese recurso. Hoy nos dirigimos a personas de entre 41 y 48 años que pueden ser padres y madres y apelamos también a esa condición, para que la vulneración del derecho a la identidad no se siga transmitiendo de generación en generación. El delito que cometió el Estado terrorista sigue tan vigente que provoca que la generación de nuestros bisnietos también sea alcanzada por la sustitución de la identidad que produjo el robo de bebés durante la dictadura.
Antes, cuando nuestros nietos eran jóvenes, les hablábamos como tales y organizábamos toda la difusión en función de eso: “Rock por la Identidad” fue una muestra de lo que digo. Y antes, cuando todavía buscábamos niños, la idea era interpelar a la población, a quien supiera algo, para que podamos encontrarlos. Desde hace unos años también hemos incorporado a los hermanos y hermanas a la difusión, y a otros familiares de los nietos buscados, porque ellos son quienes van a seguir la búsqueda, al igual que sus hijos e hijas.
R.A: En relación con la organización Abuelas de Plaza de Mayo, ¿cómo está funcionando en la actualidad? ¿Qué lugar ocupan los nietos y nietas recuperados/as?
Estela: Los nietos y nietas ocupan un lugar central. Desde hace tiempo, las Abuelas venimos planeando el relevo institucional, incorporándolos a nuestra Comisión Directiva. Hoy son ellos y ellas los que le dan impulso a nuestro trabajo. Son los que han tomado la posta y realizan muchas de las tareas que antes hacíamos nosotras. Son muchos los nietos, nietas, familiares y colaboradores que integran los distintos equipos que tenemos: jurídico, prensa, psicológico, investigación, archivo, presentación espontánea (que es donde se presentan todas las personas con dudas sobre su origen), etc.
A su vez, contamos con filiales en Mar del Plata, Córdoba, La Plata y Rosario, que hacen su propio trabajo en cada territorio, así como también tenemos la solidaridad de todas las personas que integran la Red Nacional por el Derecho a la Identidad, compuesta por nodos en todas las provincias e incluso en el exterior, que difunden la lucha de Abuelas. Porque algo que siempre supimos es que nuestros nietos pueden estar en cualquier lado, de allí la importancia de multiplicar los esfuerzos para llegar a cada lugar donde puedan estar.
R.A: ¿Qué balance hacés sobre tantos años de lucha, que se tradujeron en nietos y nietas recuperados, en políticas de Estado y en procesos judiciales que terminaron en condenas? ¿Cómo sigue la lucha para Abuelas?
Estela: El balance, a la distancia, es sumamente positivo. Para empezar, logramos restituir 137 identidades, y junto con ellas pudimos dar algo de reparación a sus familias. Pero todavía falta encontrar a unas 300 personas, cuyas familias legítimas siguen sumidas en la incertidumbre de tener un desaparecido vivo. Son hermanas y hermanos a los que el terrorismo de Estado les quitó ese lazo fraterno, sobrinos, primos, que se siguen preguntando dónde estará ese ser querido que aún no conocieron…
Con el fin de la impunidad, en 2003, logramos justicia en decenas de causas de lesa humanidad, tanto por la apropiación de nuestros nietos como por el secuestro y desaparición de sus padres. Logramos además que el Estado asumiera esas tres palabras que el movimiento de derechos humanos siempre levantó: Memoria, Verdad y Justicia; y que las tradujera en políticas públicas con el objetivo de hacer efectivo el Nunca Más. Y así conseguimos que decenas de centros clandestinos se conviertan en espacios de memoria y de vida, que se investiguen a fondo los archivos del propio Estado relativos a la dictadura, que el 24 de marzo sea el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia (un día de lucha y conmemoración), que en las escuelas se enseñe y se trabaje el valor de la memoria y la identidad, entre muchas otras cosas.
La lucha sigue, porque la democracia se construye todos los días. Y nuestro reclamo de “¿Dónde están nuestros nietos?” sigue tan vigente como el primer día. Esta es una lucha colectiva y trasciende generaciones. Nosotras sembramos una semilla que ha germinado en la sociedad, que es la que continuará levantando nuestras banderas, que hace tiempo dejaron de ser sólo nuestras: son de todo el pueblo argentino.
R.A: ¿Qué sensaciones te genera el relato de la “memoria completa” que el gobierno nacional pretende construir acerca de la última dictadura? ¿Pensás que hay un retroceso en políticas de memoria, verdad y justicia? ¿Por qué?
Estela: Conocemos desde siempre el relato de la “memoria completa”. Apenas iniciada la transición democrática, cuando las Fuerzas Armadas querían una autoamnistía, usaban los mismos argumentos, que no son otros que los de la “teoría de los dos demonios”. En 40 años de institucionalidad se avanzó mucho en la transmisión de la memoria del genocidio, pero evidentemente se trata de una lucha sin fin, como la memoria misma.
A quienes esgrimen esa idea de la “memoria completa”, les diría que quienes faltan en esta historia son los desaparecidos, que hasta tanto no aparezcan, hasta tanto no haya un sitio donde dejarles una flor, nuestra memoria estará incompleta. Equiparar la violencia política de los años ‘70 con los crímenes de Estado, que son imprescriptibles, (delitos aberrantes como secuestros, asesinatos, enfrentamientos fraguados, violaciones, todo perpetrado con el aparato del Estado detrás), es lisa y llanamente negacionismo. Niegan a los desaparecidos, niegan el terrorismo de Estado, pretenden la impunidad para los genocidas, y hay quienes incluso los reivindican haciendo apología. Esto es inaceptable.
No dejan de ser grupos minoritarios afortunadamente, pero tienen demasiada prensa. Y si acaso hay un retroceso (nuestra historia está hecha de avances y retrocesos), el poder mediático es en buena medida responsable, como lo fue en la dictadura, tapando la realidad, acicateando el odio, deshumanizando a una porción enorme de la población por sus creencias políticas, fomentando la violencia…
Hay un retroceso, es innegable. Algunas de las políticas históricas de Memoria, Verdad y Justicia están en peligro, y esto incluye la estigmatización del empleo público, que es el que las sostiene y las efectiviza. Pero hay otras políticas que siguen en pie, al igual que los juicios por delitos de lesa humanidad. Tenemos que seguir peleando, señalando cada vez que se pretenda perforar estos consensos que hemos logrado en nuestra historia democrática, pero nunca bajar los brazos.
R.A: Estela, nuevamente gracias por recibirnos. Queríamos, para finalizar la entrevista, pedirte que nos cuentes cómo es la campaña “Apoyá la lucha de Abuelas”.
Estela: Se trata de una convocatoria a la sociedad para que nos ayude a sostener la memoria y el derecho a la identidad a través de una campaña de donaciones destinada a instituciones, organizaciones, ciudadanía en general. Toda ayuda, por más pequeña que sea, colabora para que Abuelas pueda seguir funcionando normalmente y para que sigamos encontrando a nuestros nietos y nietas. También nos ayuda la difusión de esta iniciativa, porque quizás una persona no está en condiciones de hacer una donación, pero conoce a otra que sí lo está, y ese boca en boca es muy valioso.
La campaña de donaciones que llevamos adelante también la difundimos en el exterior. La mecánica para donar es muy fácil, pueden ingresar a la página de Abuelas (abuelas.org.ar/donaciones) y hacerlo desde allí. Confiamos en que gran parte de la sociedad nos seguirá acompañando. Lo que hemos construido durante todos estos años seguirá dando sus frutos.