Los problemas vinculados a la salud mental en el contexto de la post pandemia (incluidos los consumos problemáticos y, entre ellos, los de tecnología), ocupan un lugar creciente en el mapa epidemiológico mundial en incidencia y prevalencia dentro de las llamadas enfermedades no transmisibles. Ello le asigna máxima prioridad en la agenda de los programas de asistencia y acompañamiento, investigación y capacitación de las carteras estatales vinculadas con la salud pública.
¿Desde qué mirada podemos abordar esta problemática?
Desde el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires (y en particular en la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el ámbito de la Salud), consideramos que hay que abordar el tema en el marco de los consumos en general y haciendo foco en cuando éstos se vuelven problemáticos. En este sentido, un consumo se vuelve problemático cuando algún aspecto de nuestra vida se altera: nuestras relaciones personales, nuestra posibilidad de estudiar, de trabajar, de vincularnos y de tener algunos ritmos que nos ordenen la vida (por ejemplo, comer, dormir, etc.).
Lo que observamos con el uso de las tecnologías, y particularmente en lo que en algunas oportunidades se nombra como ludopatía, es que cuando la relación con los juegos digitales se vuelve problemática, los niños, niñas y adolescentes pasan demasiadas horas frente a las pantallas, no duermen a la noche, no paran para comer. Junto con ello, comienza a darse una espiral donde jugar deja de ser un juego y empieza a ser una relación problemática. Es por ello que algunas personas señalan que, en las circunstancias descriptas, no tendríamos que llamarlo “juego”, porque éste supone un involucramiento del cuerpo en un proceso de relación con otro; implica creación (como en el juego simbólico de la infancia), o bien el desarrollo de habilidades físicas (como el ejercicio y las destrezas del cuerpo en el juego deportivo).
A diferencia de esto, en los juegos en red y las apuestas on line está presente la idea de que sabemos jugar o sabemos apostar asociada a que se va a ganar; pero lo que encontramos, en general, es que el resultado final es, indefectiblemente, la pérdida. Y el beneficio, en todo caso, es para el ámbito empresarial que lleva adelante el modelo de negocios.
Por supuesto, también es necesario leer el contexto de profunda crisis económica y social en el que nos encontramos: muchos de estos niños, niñas y adolescentes justamente juegan con la intención de ayudar económicamente a sus familias. Incluso, en muchas oportunidades, se observa que las familias están involucradas, presentes.
¿Cómo podemos prevenir?
El primer paso es hablar del sobre este fenómeno, es decir, problematizar el uso de las tecnologías en general. Se trata de una cuestión que involucra a personas adultas, jóvenes e infancias. Pero, a la vez, no podemos continuar alertando a las y los jóvenes sobre el consumo de las tecnologías si no revisamos nuestra propia vinculación como personas adultas con dichos dispositivos, y con lo que hacemos o no hacemos con las conductas de los jóvenes.
Algo importante para resaltar es que en provincia de Buenos Aires, las únicas plataformas habilitadas de juego son para mayores de 18 años. Esto implica que cualquier persona menor de 18 años que esté jugando en algún sitio web o aplicación, lo está haciendo en una plataforma ilegal y, por tanto, ésta puede ser denunciada y sancionada. De hecho, hay muchas denuncias y algunos procesos judiciales en curso por la ilegalidad de algunas plataformas que invitan a jugar a los jóvenes. Por otro lado, también puede suceder que se esté falseando su identidad en los medios legales, o jugando a través de otras personas mayores de 18 años.
La magnitud del problema
Desde la provincia de Buenos Aires, llevamos a cabo una encuesta en escuelas bonaerenses dentro de un programa que se llama “La Salud Mental es entre todas y todos”4, con el objetivo de dimensionar el problema. En ese marco, preguntamos a chicos y chicas sobre el uso de las tecnologías y lo que observamos es que la mitad manifestó estar más de cinco horas frente al celular y un 22% expresó pasar ocho horas diarias como mínimo. De los y las entrevistadas en territorio bonaerense, el 34% jugó alguna vez o juega con apuestas on line. Esto da cuenta de que el fenómeno está bastante extendido, tanto en el uso de las tecnologías como específicamente en el de las apuestas5. Una encuesta nacional encabezada por la diputada Constanza Alonso también confirma esta tendencia: 4 de cada 10 jóvenes practica juegos de apuestas on line.
A partir de estos datos es posible ver que el problema de las apuestas tiene una raíz mucho más amplia y compleja, que remite a la cantidad de tiempo diario en el que hacemos uso de las tecnologías. Gran parte del tiempo los niños, niñas y adolescentes están jugando a distintas cosas, además de las apuestas. Corresponde preguntarnos, entonces, qué impactos suponen y producen las tecnologías en la subjetividad contemporánea. Y ese es un tema de estudio que seguramente forme parte de las investigaciones presentes y futuras del cuidado de la salud mental y del crecimiento de las infancias y las juventudes.
El consumo de tecnologías y la mirada que aportan las juventudes
En nuestra experiencia, las y los jóvenes hablan muchísimo más de lo que podríamos imaginar si abrimos un diálogo abierto y no nos limitamos a darles órdenes o indicaciones. En los talleres que se dan como parte del Programa La Salud Mental es entre Todas y Todos (de los que ya participaron más de 80.000 chicos y chicas de toda la provincia de Buenos Aires), comprobamos esto: las y los jóvenes quieren hablar sobre temáticas vinculadas a la salud mental, y piden espacios para poder hacerlo.
Se preocupan cuando las/los amigas/os dejan de salir y lo consideran como un indicador de problemas en el uso de tecnologías porque esto altera las relaciones de amistad. También se preocupan cuando un amigo/a está empezando a tener deudas, y a veces se arma una espiral muy complicada en la que para salir de una deuda contraen otra (que en general siempre es mayor).
Desde el Ministerio de Salud y desde la Subsecretaría de Salud Mental, trabajamos a partir de la idea de que el cuidado es colectivo en todas las esferas y que el crecimiento y el desarrollo también lo son. Esto no quita lo singular de cada ser humano, de cada padecimiento o la búsqueda de bienestar o salud, pero consideramos que hay condiciones y determinaciones colectivas que debemos atender. Hay que insistir con esta perspectiva, para que no se instale la idea de que la ludopatía del/la joven constituye un problema estrictamente personal o individual.
Quienes vienen estudiando la problemática de los consumos digitales han señalado que se juega en los momentos en los que se instala en la persona una sensación de desasosiego, de aburrimiento. La dinámica de estos juegos propone un modo continuo, que se extiende las 24 horas y todos los días. Se genera una relación con una modalidad de la temporalidad más propia del capitalismo contemporáneo o de las llamadas sociedades de control: la continuidad ininterrumpida de las cosas. A diferencia de esto, los otros juegos (lo que proponemos llamar juegos), siempre tienen un principio y un fin.
El caso de la provincia de Buenos Aires
En el mes de julio del corriente año, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires presentó el Plan Integral de Prevención y Tratamiento de la Ludopatía Adolescente6, que busca brindar respuestas integrales ante esta problemática. Su implementación es coordinada por una Mesa Interministerial para la Prevención y Tratamiento del Juego Compulsivo Problemático Adolescente, integrada por los Ministerios de Gobierno, Salud, Seguridad, Justicia y Derechos Humanos y Comunicación Pública, la Dirección General de Cultura y Educación y el Instituto Provincial de Lotería y Casinos. Asimismo, crea el Observatorio de Juego Compulsivo Problemático Adolescente, que tiene el objetivo de monitorear la problemática y “confeccionar indicadores tendientes a evitar la proliferación y prevenir el Juego Compulsivo Problemático en niños, niñas y adolescentes”.
En ese marco, a través de la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el Ámbito de la Salud, se comenzó a desarrollar un Curso de Capacitación dirigido a integrantes de Equipos Interdisciplinarios de Salud Mental, titulado “Abordajes Integrales en consumos problemáticos de tecnologías digitales y apuestas on line en infancias y juventudes”7, para promover el involucramiento y la formación de estos equipos en el abordaje de consumos digitales problemáticos y ludopatías en jóvenes y brindar herramientas para protagonizar los procesos de transformación en las prácticas que se fundamentan en la Ley Nacional de Salud Mental N°26.657.
Programa La Salud Mental es entre Todas y Todos
Surge en la pos-pandemia, en ese momento tan complejo en el que, por un lado, experimentamos la alegría de poder retornar a cierta cotidianeidad pero, por otro lado, también nos enfrentamos a todos los dolores que un evento de esas características produjo.
En dicho escenario, a las chicas y los chicos les costó mucho volver a la escuela, por lo que el programa La Salud Mental es entre Todas y Todos tuvo el objetivo de conversar sobre la salud mental y de buscar alternativas colectivas, entendiendo que el padecimiento no es sólo singular y que la salida no es solamente un tratamiento psicológico en un consultorio (que, por supuesto, también forma parte de la red de apoyos posibles).
Además de la encuesta señalada en el apartado anterior, el programa incluye tres encuentros, en los que se acuerda sobre qué temas vinculados a la salud mental se va a dialogar. Contrariamente a cierta idea que podemos tener sobre las y los estudiantes (“que están en otra”, “que no se disponen”), nos encontramos con lo que creemos que es la realidad de las juventudes de nuestra provincia: que cuando las y los adultos de verdad queremos hablar con ellos/as, están predispuestos/as a hacerlo y a construir conjuntamente alternativas.
Programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo
Fue creado en el año 2005 a través de un convenio entre el Ministerio de Salud y el Instituto Provincial de Lotería y Casino. El programa tiene como objetivo la prevención, contención y mejoría integral de las personas y familias afectadas por esta problemática. Cuenta con 10 equipos de asistencia en 8 regiones sanitarias de la provincia. Actualmente forman parte del programa un total de 100 trabajadoras/es, en su mayoría profesionales de salud (psicólogos/as, psiquiatras).
Basado en la estrategia de cuidados integrales y atención primaria de salud, también se cuenta con un dispositivo telefónico, Línea de Orientación y Acompañamiento en Salud Mental y Consumos problemáticos 0800-222-5462, el cual brinda escucha activa, contención y acompañamiento a las personas que requieran asistencia y/o derivación en salud mental. La línea funciona de lunes a viernes de 8 a 24 hs., y los fines de semana, de 10 a 22 hs.
Además, todos los dispositivos de la red provincial pueden dar respuesta a esta problemática, esto incluye a 200 Centros de Atención Primaria, los Centros Provinciales de Atención en Salud Mental y Consumos Problemáticos (CPA), los Centros Comunitarios y los hospitales provinciales.
En cuanto a líneas de intervención territorial, se busca generar estrategias de acompañamiento e intervención comunitaria a partir de Foros Participativos, talleres para jóvenes de 12 a 18 años y charlas para equipos profesionales o familias.