Parto respetado en contextos de encierro. Intersecciones de opresión en las trayectorias de maternidades

Balaña, S., Paz, A. and Zanlungo, D., 2022. Parto respetado en contextos de encierro. Intersecciones de opresión en las trayectorias de maternidades. Revista Atipica, (4).


En septiembre del año 2020 la provincia de Buenos Aires adhirió a la Ley Nacional N° 25.929, conocida como “Ley de Parto Respetado” y sancionada en el 2004. Implementar políticas y estrategias para transformar prácticas, instituciones y campos de saber hegemónicos es un desafío. Poder gestar o implementar políticas públicas valorando las trayectorias de vida de sus destinatarias, su complejidad, también. Este es un trabajo que estamos convencides que requiere de procesos situados y territoriales en rondas con colectivos y organizaciones claves. A través de esta estrategia, la provincia de Buenos Aires, mediante el Ministerio de Salud y el Ministerio de  Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, aprueba la guía para implementar el parto respetado en todo el territorio. En la guía se piensan distintos marcadores interseccionales de quienes atraviesan procesos de embarazo, parto, post parto y puerperio y por eso en junio del 2022 junto al Ministerio Provincial de Justicia y Derechos Humanos se presenta la Guía del Parto Respetado en Contextos de Encierro. En este trabajo y a raíz de estos hitos nos proponemos problematizar las formas en las que opera el mandato de la maternidad. Las narrativas que se construyen en relación a quienes desean gestar. Los dispositivos de control y opresión que operan y violentan a quienes atraviesan procesos de embarazo y de parto. Como así también presentar algunas de las características que adquieren estos sistemas cuando quienes van a parir, se encuentran en prisión. Para pensar horizontes de transformación y estrategias desde la gestión bonaerense, para garantizar derechos y acompañar deseos.

La disputa de los sentidos, de las narrativas y representaciones que nos oprimen o nos habilitan para resistir, son parte de la agenda transfeminista. Cómo (nos) nombramos performa la posibilidad de imaginar qué otros mundos son posibles, mundos que de hecho estamos construyendo. Cuando el lenguaje se traduce en política pública, el resultado no sólo es simbólico sino principalmente político y organizador de la tarea. Respecto a las políticas en maternidad, encontramos que éstas se han estructurado históricamente mediante la representación que gira en torno a la diada, al binomio “madre-hijo”. Con ellas y en estructuras de poder sexistas y patriarcales han devenido prácticas de atención en la salud ancladas en dispositivos de poder profundamente infantilizantes, tutelares, de disciplinamiento, control y castigo sobre los cuerpos de las mujeres y -con su especificidad- de las personas con otras identidades de género con capacidades reproductivas como lesbianas, varones trans y personas no binarias. 

Estos dispositivos institucionalizan la patologización y medicalización del parto, a principios del siglo XX en Argentina, con el nacimiento mismo de la obstetricia como especialidad médica. En este marco, encontramos prácticas y tecnologías de control y disciplina que configuran un modelo de atención donde la violencia obstétrica no es una excepción sino parte de la administración general de los procesos de embarazo y en despliegue de dichas tecnologías. Tecnologías que se expresan en la práctica de intervenciones innecesarias de manera rutinaria y acrítica. Así, las violencias obstétricas, que operan en el proceso de embarazo, parto y nacimiento, producto del saber-poder sobre los cuerpos gestantes tutelados por el andamiaje médico dominante reducen las necesidades de les niñes a su rol de “hijos” o anclan la diversidad de experiencias sobre derechos reproductivos y no reproductivos al rol de “madre” y a “la maternidad”. 

En diciembre de 2019, como feministas en la gestión, de la mano de un proyecto sanitarista y al servicio de las compañeras, una de nuestras primeras estrategias en el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires fue entonces nombrarnos. Así, nos parecía oportuno y necesario renombrar la histórica Dirección de “Maternidad e Infancia”. De esta forma “infancia” se transformó en la Dirección de Niñez y Adolescencias, dependiendo de la Dirección Provincial de Salud Comunitaria y “maternidad” se transformó en la Dirección de “Maternidad y Salud Perinatal”, dependiendo de la Dirección Provincial de Equidad de Género en Salud (ex-Dirección Provincial de “Mujeres, Niñez y Adolescencia”). 

Así, parto “humanizado”, consultorios “amigables”, puertas con banderas verdes o flameando la diversidad no son obvias. Son faros de luz que nos avivan y nos avisan que, ahí, hay compañeres, que hay acciones o procesos desencadenados y que habilitan, o intentan al menos, repensar mediante teoría y praxis el sistema de salud en su conjunto. Para escuchar, para acompañar los deseos, las trayectorias. Esta tarea no es nada fácil, gestionar políticas públicas a nivel provincial o desde la macropolítica sin hegemonizar experiencias es un desafío. Lo fácil es normalizar. Las políticas vinculadas al embarazo, parto, post parto y puerperio tienen su especificidad. Porque el mandato de la maternidad no opera para todas, para todes por igual. El mandato de la maternidad opera según el grupo social, la raza, la orientación sexual y la identidad de género, como así también según los recursos materiales, económicos y simbólicos de cada persona y en vinculación al poder y a los marcadores de cada trabajador de la salud o trabajador penitenciario.   

En el “acompañamiento” de la atención de procesos de embarazos se despliegan tecnologías de control, vigilancia y castigo. El racismo de las instituciones y trabajadores de salud adquiere dimensiones de crueldad en el parto pero se exacerba cuando quienes llegan a parir son personas detenidas.

 En septiembre del año 2020, la provincia de Buenos Aires adhirió a la Ley Nacional N° 25.929, conocida como “Ley de Parto Respetado” y sancionada en el 2004, a través de la Ley Provincial N° 15.188. Con el objetivo de lograr que la ley llegue al territorio, que transforme las prácticas, que interpele a les trabajadores y transforme el modelo de atención, nos propusimos -entre otras estrategias- la publicación de la Guía de Implementación del Parto Respetado en la Provincia de Buenos Aires.

En la guía se desarrollan conceptos claves y marco de derechos como soberanía de los cuerpos, derecho a vivir procesos de salud sin violencia, derecho a decidir en cada etapa de estos procesos, a ser acompañades con información y ternura. Fijamos de esta forma las líneas de la política pública, la narrativa, y el sur con el cual realizar el acompañamiento de las personas en las instituciones de salud. A través de preguntas y priorizando el trabajo en red, en tareas colectivas e interdisciplinarias invitamos a les trabajadores de la salud perinatal a re pensar sus prácticas y transformarlas. 

Para construir la guía hicimos múltiples rondas con trabajadores y actores claves como así también 11 foros en las 12 regiones sanitarias. La ronda es un dispositivo de gestión feminista que llevamos adelante desde la Dirección Provincial de Equidad de Género en Salud del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, porque reconocemos que en la construcción de políticas sanitarias deben ponerse sobre la escena trayectorias y saberes de colectivos que son imprescindibles y que necesitan ser convocados a la toma de decisiones. Es nuestra forma de construir en colectivo y de hacer porosa (y feminista) la gestión

Si habilitamos la diversidad de identidades también tenemos que pensar en políticas que no homogenicen a la población destinataria sino que reconozcan las distintas interseccionalidades, los marcadores que les atraviesan a las personas que deciden continuar un embarazo, que van a parir. Para no aplicar una mirada que desconozca esas vidas y la necesidad de políticas públicas específicas para ciertos grupos. Por ello, en la guía general, destinamos un apartado específico en el cual nos comprometemos a pensar en colectivos específicos: personas con alguna discapacidad, niñeces, quienes atraviesan un duelo perinatal, quienes forman parte de pueblos indígenas y quienes estando detenidas, atraviesan un proceso de embarazo, parto, puerperio y crianza de sus recién nacidos. Las “presas”.

Nora Laura Calandra, referente de la Rama de Liberados del Movimiento de Trabajadores Excluidos narra los padecimientos que sufrió cuando estaba detenida y vivió su parto en este contexto. Nora es la voz de su propia historia pero la encarnación de la lucha y la fuerza de todo un grupo de compañeras que están organizadas, que son sujetas políticas y que nos demandan el acceso a derechos y la reducción de los castigos por fuera de la condena penal. ”Parir como condenada” es una frase que circula en las voces de mujeres que no han estado detenidas pero que usan para hacer visible o dar cuenta de la violencia obstétrica a la que fueron sometidas, pero ¿cómo paren las presas?

En la provincia de Buenos Aires, la atención de salud en las cárceles depende de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y la atención de salud en hospitales provinciales del Ministerio de Salud. La articulación entre estas instituciones fue planteada por organizaciones sociales como un nudo en ocasiones intrincado. Por ello, para construir la Guía de Parto Respetado en Contextos de Encierro se hicieron rondas previas con personas liberadas y familiares de personas detenidas, organismos de monitoreo de las condiciones de detención, personal penitenciario, personal hospitalario y otras instituciones como el Programa de Contextos de Encierro de Nación y Patronato de Liberados de la propia PBA. Para complejizar la realidad, dimensionar las representaciones y los obstáculos con los que trabaja cada institución y para armar en ese entramado una red de acceso que garantice derechos.

La Guía de Parto Respetado en la PBA y en particular la Guía de Parto Respetado en Contextos de Encierro son entonces el resultado de la articulación entre las organizaciones de la comunidad y el Estado. A partir de una experiencia o varias experiencias individuales, angustiantes, en situaciones de violencia obstétrica, surge la propuesta de un proyecto colectivo frente a un padecimiento subjetivo individual. El Estado y las organizaciones construyendo política pública.  La guía es una muestra de cómo dar lugar, habilitar voces, y como las situaciones de las personas que transitan las instituciones pueden definir y armar una política pública. 

En tanto proyecto sanitarista, nosotrxs desde el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, promovemos que las organizaciones en todos los ámbitos de la salud y en este caso en lo referido a temas obstétricos, se organice, se ordene en torno a las necesidades de las personas. En este marco, la conformación de redes de atención y cuidado resultan un sostén y un soporte institucional no sólo para quienes necesitan acceder a los hospitales sino también son soporte y contención de los equipos profesionales. Una red que trasciende a la gestión entendida como quienes hoy tenemos la responsabilidad y el compromiso institucional y político de acompañar y mejorar la vida de las personas. 

Las situaciones obstétricas en las guardias y en el contexto de encierro se transitan de otra manera si se sabe sostenido y siendo parte de una red que de acuerdo a la complejidad de la situación se deriva al lugar correspondiente. Para garantizar el acompañamiento del embarazo y un parto respetado aún en contextos de encierro, se requiere la comunicación permanente y la conformación de redes entre el “adentro” y el “afuera” que desafíen los mandatos instituidos y que derriben las barreras intencionalmente construidas, como parte del castigo, de la pena a cumplir.

 El sexismo, el cisheterosexismo atraviesan tanto al sistema penitenciario como al sistema de salud. Podemos visibilizar mandatos patriarcales en el sistema sanitario que rigen en un sentido común que reproduce desigualdades y las sostiene en cada práctica. El mandato de la seguridad y el riesgo centra además nuestra práctica como trabajadores de la salud. Con el objetivo de evitar cualquier consecuencia gravosa o que creemos gravosa para la persona que asistimos, dejamos por fuera o desdibujadas prácticas de cuidado como la escucha, la información transparente, el acompañamiento en la toma de decisiones. En nombre de evitar todo riesgo hacemos daño, entonces ¿Cuántas prácticas realizamos para evitar riesgos y cuántas para acompañar decisiones? ¿Somos agentes de seguridad o agentes de cuidado?

El mandato de la violencia, como describimos al inicio, es un eje ordenador del sistema de salud como dispositivo disciplinador, una herramienta que garantiza que el poder y el saber están en manos del equipo profesional y que quien es asistido pierda toda su potestad ontológica de informarse y decidir. Necesitamos generar espacios que construyan dispositivos alternativos para transformar el mandato del control y el tutelaje que está en el ADN del sistema de salud y del sistema penitenciario. Para que la aparición del deseo entre en la escena de atención y cuidados en salud. Tenemos que desarrollar modelos de atención del embarazo, el parto y nacimiento que generen las condiciones de posibilidad para la expresión de la subjetividad y los deseos diversos y desarmar las formas instituidas de tutelaje, que tan bien se vinculan con las formas de maternidades y crianzas impuestas por los sistemas patriarcales. No es casual que una de las funciones de cualquier ministerio de salud sea cumplir con el rol de “policía sanitaria”. Ahí aparece el control y por lo tanto el castigo de las conductas y los cuerpos, de normalizar lo desviado, de tomar las decisiones por las personas sin su consentimiento, en pos de que “todo salga según lo esperado”. Necesitamos pensar ¿Quién decide en la escena de salud? ¿Qué saberes cuentan? ¿Qué voces se silencian? ¿Cuál es el valor que le asignamos a la voz de la persona embarazada? ¿Y si está presa?

En el caso de las mujeres y personas gestantes detenidas necesitamos, en particular, detenernos a pensar en los mitos y representaciones de aquellos cuerpos racializados y en el racismo de nuestra sociedad y de los sistemas penales y sanitarios. En “Mujeres, raza y clase”, Angela Davis trabaja el racismo, el control de natalidad y los derechos reproductivos. Nos narra sobre políticas eugenésicas implementadas en el norte global aunque contamos con nuestras propias historias en la región del cono sur. Porque como mencionamos más arriba, el mandato de la maternidad no opera para todxs igual. En el caso de las lesbianas por ejemplo, María Luisa Peralta habla de que se trata de un contramandato. “Nosotras no debemos ser madres” dice. Es un (contra) mandato que recae también sobre -por ejemplo- mujeres con discapacidad: “hay una cantidad de interferencias en relación a quienes pueden ser madres. Quienes tienen derecho a ser madres” porque lo que está en juego es la maternidad pero fundamentalmente el poder. 

En esta línea, el derecho a ser madres de las mujeres pobres y criminalizadas es percibido por ciertos actores como un instrumento y no como un deseo. Como un objetivo “para acceder al plan”, “a la domiciliaria”, “a los beneficios”. De esta manera, el odio a la pobreza, a los sectores racializados, sube un umbral. Trabajar con mujeres y personas gestantes en contextos de encierro es un desafío para la inclusión en salud. Salud y Seguridad son dos instituciones fuertes, con características similares, que se cruzan pero también se chocan, se desencuentran. En esa disputa, en esas lógicas de poder, quienes padecen esos desencuentros son las propias personas gestantes. 

En la ronda como dispositivo de gestión también encontramos la posibilidad de abrirnos preguntas como una invitación a pensarnos, a tejer saberes. Desde la Dirección que gestionamos lanzamos la segunda cohorte de la Diplomatura de Equidad de Género en Salud y junto a compañeres que gestionan y tutorean dicha diplomatura nos preguntamos: ¿Qué es “una mamá”? ¿Quiénes pueden ser madre  (gestar)? ¿Quién tiene derecho a ser madre? ¿Qué es una “buena” madre? ¿Cómo se estructura la sociedad en base a esta imagen? ¿Qué vínculos se constituyen a partir de ese rol? ¿Qué rol cumple la  afectividad en los vínculos? ¿Hay deseos posibles en torno a la maternidad? ¿Cuáles? ¿Qué relación hay entre los riesgos y el poder? ¿Ser madre es un marcador de la matriz interseccional de opresión? ¿Qué vínculo existe entre “maternidad” y salud? ¿Cómo se estructuran los servicios en relación a la “maternidad”? ¿Cómo las representaciones de la “maternidad” estructuran las prácticas en salud? ¿Cómo el campo de la salud refuerza las normas y el poder vinculado a la “maternidad”? ¿Qué violencias se ejercen? ¿Existen  resistencias?  

Esta guía no solo permite hablar de la temática, sensibilizar, abordar mitos, estigmas, estereotipos de los propios equipos. Es una propuesta de abordaje, viva y cambiante, es una primera experiencia que puede modificarse en función de los recorridos que como sistema de salud de PBA logremos y que nos va a permitir avanzar en todo el territorio bonaerense. Es poner en palabra una propuesta concreta, real e integral para garantizar derechos. Sostenida por los equipos y los colectivos de la sociedad civil. Y esta guía es, sobre todo, una invitación a que ustedes la hagan propia. Para acompañar (nos), para amplificar sus/las voces, la lucha y la política pública. 


Sabrina Balaña es Directora Provincial de Equidad de Género en Salud del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. 

Cesar Bissutti, Andrea Paz y Delia Zanlungo son integrantes de dicha Dirección.


Referencia bibliográfica

Balaña et al (2019). Salud Feminista. Soberanía de los cuerpos, poder y organización. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Tinta Limón.

Bissutti, C. y Rutigliano, E. (2020). Del se embarazan por un plan a tienen hijxs por la domiciliaria. Sobre maternidad deseada y (no) deseable, Narrativas de futuro y Denegación de Derechos. Nuevas miradas sobre el punitivismo en Argentina. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Davis. A (2004). Mujeres, raza y clase. Madrid: Ed. Akal S.A.

Paz, A. y Giuliano, C (2020). PBA: Qué hacen las feministas en el Ministerio de Salud. Cuidados para atravesar la pandemia. Revista Anfibia, disponible en: https://www.revistaanfibia.com/cuidados-atravesar-la-pandemia/ 

Peralta, ML (2021). Participación en el Seminario “Maternidad y Estructuras de Poder” de la 1° Cohorte de la Diplomatura de Equidad de Género en Salud del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Disponible en: https://youtu.be/YvQbSVzy8g8 

Pérez, M. y Bissutti, C. (2021). Investigar en contextos de encierro. Notas sobre privilegio, lugar de enunciación y violencia estructural. RUNA, archivo para las ciencias del hombre, 42.


Balaña, S., Paz, A. and Zanlungo, D., 2022. Parto respetado en contextos de encierro. Intersecciones de opresión en las trayectorias de maternidades. Revista Atipica, (4).