El Plan Qunita y la inclusión sociolaboral en cárceles

Basile, T. (2023). ‘El Plan Qunita y la inclusión sociolaboral en cárceles’, Revista Atípica (5).


El relanzamiento del kit para bebés y personas gestantes en clave de transformación del trabajo y capacitación para personas privadas de la libertad. 

El 12 de agosto de 2021, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en conjunto con la vicepresidenta de la nación, Cristina Fernández, anunciaron el relanzamiento a nivel provincial del Plan Qunita: una política sanitaria de acompañamiento y cuidado a personas embarazadas y sus hijos e hijas iniciada en 2015 durante la presidencia de la propia Cristina Fernández, y posteriormente abandonada por el gobierno siguiente. Tomando una idea impulsada por el ministro Julio Alak, en ese relanzamiento se acentuó una de las novedades centrales de esta versión del programa: buena parte de la producción de los elementos que componen el kit para los bebés y las personas gestantes se realizará en unidades penitenciarias de la provincia de Buenos Aires. “Todo puede ser mejorado y ampliado. No hay necesidad de destruirlo o eliminarlo”, afirmó en ese momento la vicepresidenta, otorgando un sentido político a esta novedad.

De este modo, a partir de una fuerte decisión política se relanzó el Plan Qunita con la novedad de que la producción se realice en cárceles de la provincia. Para lograrlo, se dio inicio a un proceso de gestión que implicó el establecimiento de una nueva infraestructura en las Unidades Penitenciarias N°1 de Lisandro Olmos, N° 8 de Los Hornos, N° 32 de Florencio Varela y la N° 47 de San Martín. Así, se realizó la instalación y puesta en marcha de modernos Polos Productivos capaces llevar adelante el proceso productivo completo de los elementos textiles del kit y de la cuna en sí misma.

Buscaremos recorrer en este artículo los desafíos estratégicos que este proyecto involucra para las políticas provinciales de producción y formación laboral en cárceles, y de forma más general, para los procesos de inclusión social y laboral que comienzan dentro de las unidades penitenciarias y continúan con la vuelta de las personas al medio libre. Nos concentraremos específicamente en el proceso de la producción del Plan Qunita Bonaerense, como una política que ofrece la posibilidad de revisar diversos aspectos de las políticas penitenciarias de inclusión para su transformación y potenciación.

En esa línea, uno de los principales desafíos era que la producción del kit del Plan Qunita se realice, al mismo tiempo, como un programa de transformación del trabajo y la capacitación en cárceles. Así, se iniciaron obras de infraestructura y adecuación de espacios laborales en las cuatro unidades penales mencionadas, en conjunto con la provisión de equipamiento industrial, y el diseño de procesos productivos y administrativos análogos a los que funcionan en plantas industriales modernas, en conjunto con el desarrollo de instancias de formación continua.

Este trabajo es llevado adelante desde lo que podemos denominar el paradigma de la inclusión: una forma de intervenir políticamente sobre el campo de la cárcel y el posencierro, que prioriza la generación y el sostenimiento de procesos de involucramiento de las personas privadas de la libertad en trayectorias que las vinculen con la educación, la formación profesional y el trabajo. Todo ello con el objetivo principal de favorecer determinantemente sus condiciones de inserción laboral y social al recuperar la libertad. La traducción de esta perspectiva en acciones y programas concretos requiere cuestionar las fuerzas centrípetas propias de la inercia carcelaria, es decir, desvincular crecientemente a las acciones educativas, formativas y laborales de la lógica de la cárcel, para ponerlas en función de otra que excede la frontera de los muros y tiene el foco puesto en la integración plena en la vida social de las personas que atraviesan condenas a prisión.

En este marco, se vuelve central el desarrollo de estrategias de articulación interministerial a nivel del gobierno provincial. La generación de las condiciones necesarias para la producción del Plan Qunita en Polos Productivos dentro de cárceles bonaerenses implica la coordinación de múltiples acciones de formación y capacitación, asesoramiento productivo, planificación industrial y control de calidad con el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica; el Ministerio de Trabajo y la Dirección General de Cultura y Educación.

Uno de los puntos nodales de coordinación interinstitucional es el de la formación laboral de las personas privadas de la libertad para la producción textil, así como en madera y pintura. Se está llevando adelante desde principios del corriente año un proceso de formación laboral continua, mediante el cual cada cuatro meses son formadas 180 personas en cuatro unidades penitenciarias a través de cursos de capacitación en oficios dictados por Centros de Formación Profesional o Laboral.

Este proceso de capacitación comienza con la selección de los grupos que participarán del proyecto en cada unidad penal. Allí, se trabajó desde el objetivo de la inclusión, pensando especialmente en la cercanía temporal a la libertad de las personas a capacitar, poniendo así la trayectoria formativa y laboral en función de la posterior inclusión sociolaboral en sus comunidades. Así, formarse laboralmente en confección textil o en corte, terminación y pintura de madera y llevar adelante esos trabajos en los Polos Productivos de las unidades significa no solo eso, sino la posibilidad de sostener posteriormente trayectorias profesionales vinculadas a esas actividades, para las cuales las competencias adquiridas en la cárcel serán especialmente significativas. 

De esta forma, lo que se hace adentro trasciende la cotidianeidad de la cárcel, y adquiere su sentido en un futuro que busca la integración con la comunidad a través del trabajo. Es por esto que la formación propuesta es continua, logrando capacitar una cantidad importante de personas en un contexto de rotación laboral alto, producto de los egresos esperados de la cárcel.

En la misma línea, se desarrollan articulaciones específicas con el programa Impulsar Oficios, implementado por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. Este programa tiene la finalidad de acompañar y financiar la generación de emprendimientos productivos asociativos o individuales a las personas egresadas de la formación laboral provincial. 

Esta estrategia será complementada con vinculaciones con el mercado textil, especialmente demandante en los últimos años de la incorporación de mano de obra con formación oficial y experiencia de trabajo. En este sentido, las competencias que adquieren las personas privadas de la libertad relacionadas con los trabajos del Plan Qunita en las unidades penitenciarias, son útiles para mucho más que la realización concreta de tareas laborales específicas. Una vez más, el objetivo último está puesto en la inclusión sociolaboral.

Una cuestión central del programa de transformación impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para la producción de los elementos del Plan Qunita Bonaerense, se expresa en la elección de las unidades penitenciarias en las cuales se montaron los distintos Polos Productivos. En la Unidad 1 de Lisandro Olmos, por un lado, se realizó una obra de infraestructura y adecuación de magnitud para montar una planta de producción textil, de madera y de pintura con capacidad para 150 personas por turno, convirtiéndose, sin lugar a dudas, en el mayor espacio de trabajo y formación laboral en una cárcel argentina en cuanto a su tamaño y equipamiento.

Al mismo tiempo, se montaron tres Polos Productivos, de una escala menor, y enfocados exclusivamente en el trabajo textil. Uno en la Unidad 47 de San Martín, ubicado en el módulo de régimen abierto, con la intención de que participen exclusivamente de las tareas formativas y laborales las personas allí alojadas, todas próximas a recuperar la libertad. Otro Polo Productivo se montó en la Unidad 8 de Los Hornos, con la intención de generar mayores y mejores propuestas formativas y laborales para las mujeres privadas de la libertad. Por último, también se instaló un Polo Productivo en la Unidad 32 de Florencio Varela, buscando la inclusión de las personas trans y travestis alojadas en los dos pabellones de diversidad de la mencionada unidad, incorporando la necesidad de generar propuestas de inclusión para una población especialmente vulnerada en su trayectoria de vida. Estos tres Polos adicionales, involucrarán el trabajo de otras 60 personas por turno.

El plan de transformación descripto empalma especialmente con un fenómeno reciente, que podemos caracterizar como una novedad en el sistema penitenciario bonaerense: las personas privadas de la libertad han focalizado sus demandas hacia el sistema penal en torno a la formación y el trabajo, con la voluntad y la expectativa explícita de integrarse plenamente a la comunidad a través del trabajo, una vez recuperada su libertad. 

Esta novedad, impulsada seguramente por diversos factores, entre los cuales tiene importancia la emergencia de experiencias de organización colectiva de personas liberadas en cooperativas de trabajo, configura otra cárcel: una donde se cuenta como punto de partida con el interés, la demanda y la expresa cooperación de las personas privadas de la libertad, en torno a propuestas formativas y laborales que brinden herramientas concretas de inclusión. 

Por último, el Plan Qunita se configura, además, en un diálogo sumamente positivo con las demandas articuladas colectivamente por las personas privadas de la libertad, abrevando en una coincidencia profunda entre la propuesta de política pública y la demanda del sujeto privado de la libertad: es tan necesario como urgente, construir políticas de seguridad a través de la inclusión concreta de las personas que transitaron las cárceles; más formación y más trabajo significan menos reincidencia; los sujetos privados de la libertad y liberados quieren tener un rol productivo en sus comunidades, y el acompañamiento del Estado es un factor indispensable para lograr esas trayectorias de inclusión efectivas. En este sentido, una provincia productiva también dentro de las cárceles, es una provincia que incluye y que reconstruye entramados comunitarios indispensables para una mejor vida colectiva.


Tristán Basile. Sociólogo. Investigador adscripto del Observatorio de Políticas de Seguridad de la provincia de Buenos Aires en Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. UNLP. Director de Producción y Trabajo en Contexto de Encierro del Ministerio de Justicia y DDHH PBA.